¿Cómo tener una inducción de SST exitosa?

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Dentro de las muchas cosas que disfruto de mi trabajo como consultora en temas de prevención, los servicios relacionados a Inducciones de Seguridad y Salud, son de mis preferidos, y es que, es en la inducción donde la Cultura de Seguridad organizacional y el nuevo colaborador tienen el primer contacto; solo se me ocurre una manera simple de graficar la importancia de este momento. ¿Recuerdas la primera vez que quedaste deslumbrado al ver al chico o chica de tus sueños?, ¿recuerdas como cada frase que decía te parecía la más acertada e interesante que habías escuchado, o como cada gesto que hacía te parecía el más hermoso y perfecto?; exactamente igual ocurre con una Cultura de Seguridad deslumbrante, simplemente te deja con la sensación de haber encontrado el lugar perfecto para ti y no se te ocurre un mejor lugar en el cual puedas estar.

Una Cultura de Prevención deslumbrante, puede generar un bienestar real y un disfrute de nuestras actividades diarias, y es que, sabernos en un lugar en el que somos valorados y considerados, nos produce esta sensación de bienestar y consecuentemente genera este compromiso en dar y hacer lo necesario para mantenernos en este ambiente todo el tiempo posible.

Sentir que hemos llegado al lugar correcto en el que sabemos que en cada momento que pasemos nos haremos mejores de lo que ya somos, ya sea porque aprenderemos algo nuevo o porque perfeccionaremos nuestras habilidades o porque simplemente tendremos la posibilidad de ejercer nuestra vocación con pasión, nos motiva a dar lo mejor de nosotros y hacer todo lo humanamente posible para quedarnos en el.

A pesar de que la frase: la primera impresión cuenta, pueda sonar trillada como argumento, les pido rescatemos la parte necesaria de esta afirmación para corroborar la importancia que la inducción tiene para la Cultura de Prevención, si en este primer contacto quedamos deslumbrados, es más que seguro que nos engancharemos y comprometeremos con lo que la Cultura de Prevención nos invite a hacer, así sin mayor esfuerzo, al punto de ser un aporte voluntario; nuestro desempeño estará alineado a lo que la organización requiera de nosotros y es que ni siquiera lo percibiremos como un requerimiento, sino incluso, será una idea propia, es tan sencillo como el presentarnos puntuales a la cita con el chico o la chica que nos gusta para aprovechar el mayor tiempo posible, así será el desempeñarnos acorde a lo esperado de nosotros, y es que, el cuidado que la organización tiene hacia nosotros llega a materializarse a través de nosotros mismos, sin darnos cuenta el hábito de hacer lo correcto y hacerlo con todas las ganas y sin que requiera mayor esfuerzo es posible, cuando nace de nosotros, y como todos queremos lo mejor para cada uno, es simple y placentero hacer algo que queremos hacer.

Pongamos un ejemplo, el estándar de mantener ordenado y limpio el lugar de trabajo, desde la perspectiva de prevención esto ayuda a prevenir incidentes producidos por el desorden, como por ejemplo un golpe contra un objeto fuera de lugar; si lo vemos desde la perspectiva de la persona deslumbrada por la Cultura de Prevención deslumbrante (valga la redundancia), será la satisfacción de laborar en un ambiente ordenado y limpio que nos produce bienestar y confort; logramos así que, sin ningún esfuerzo tengamos la predisposición a mantener ordenado y limpio nuestro ambiente laboral y con ello sentirnos cómodos y así sin mayor esfuerzo, prevenir golpearnos con cualquier objeto fuera del lugar que le corresponde.

No es una cuestión de poesía generar un Cultura de Prevención deslumbrante, según mi experiencia, todas las culturas de prevención tienen ese potencial, ya que todas están enfocadas en fomentar el bienestar e integridad de las personas, sólo es cuestión de saber como transmitir y difundir el bienestar que se ofrece, a las personas que recién ingresan y si logramos deslumbrarlas con nuestra propuesta de bienestar, tendremos su aporte y compromiso garantizados, y por supuesto también su corazón!!!

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