Riesgos Psisociales: Estrés Laboral ¡Al límite!

Categoría: Seguridad

Categoría: Salud

Publicado el 15 julio, 2015

El tiempo estimado de lectura es de 4 minutos

Es frecuente escuchar sobre las consecuencias negativas del estrés, manifestadas a través de síntomas variados como insomnio, cambios de humor, ausentismo, etc; sin embargo, desde el punto de vista neurocientífico, existen dos tipos de estrés; el agudo, que suele estar relacionado con el corto plazo y el crónico, que se relaciona con el largo plazo.

Nuestro cerebro es el encargado de garantizarnos la supervivencia por eso esta siempre atento a cualquier situación amenazante.

Dentro de los factores generadores de estrés tenemos:


Factores estresantes absolutos: aquellos relacionados con el riesgo vital; por ejemplo, en la prehistoria, la presencia de un Mamut.	Factores estresantes relativos: aquellos relacionados con nuestras valoraciones; por ejemplo, cuando nuestros compañeros ponen en duda nuestras competencias profesionales.

Resulta obvio que en la actualidad, los factores estresantes absolutos son menores que la presencia de un Mamut, por el contrario fruto del proceso educativo y cultural, los factores estresantes relativos son mayores; ya que dentro de ellos, tenemos las amenazas percibidas por nuestro Ego; es a raíz de esto que, el estrés es percibido como negativo y por ende, temido y evitado, cuando en realidad, sin él, no estaríamos aquí; resulta entonces que…necesitamos un poco de estrés para vivir.

Validemos esta propuesta a través del análisis de la relación entre el nivel de estrés y la memoria, un poco de estrés aumenta la memoria, ya que al estar en guardia, la memoria se activa para acceder a cualquier información útil; en cambio, si el nivel de estrés es elevado la memoria disminuye, ya que a pesar de que el cerebro esta acostumbrado a realizar multitareas, procesa priorizando aquella que es más “relevante” y en un momento de estrés intenso, nuestro cerebro recibe la orden de que la fuente generadora de estrés es más relevante que el proceso de búsqueda de información almacenada.

¿Entonces el estrés es fruto de la valoración que le damos a determinado suceso? La respuesta no es un sí absoluto, lo que si podemos decir es que toda situación generadora de estrés posee las siguientes características:

Novedad, no la hemos vivido antes o aún nos resulta nueva.

Impredecibilidad, el hecho de no poder predecir lo que viene.

Sensación de descontrol, sentir que esta fuera de nuestro control.

Amenaza a la personalidad, que podemos simplificar como la amenaza a nuestro Ego.

Para que se produzca estrés no es necesario que estén presentes las 4, basta con que alguna lo esté o varias de ellas; a este punto es importante establecer, que no todas las personas se estresan con lo mismo ni a todas les produce el mismo nivel de estrés un factor específico; sin embargo, lo que todas las personas sí pueden hacer para prevenir el estrés es entenderlo y establecer un plan de acción, que simplemente consiste de las respuestas ingeniosas y viables que encontremos a la pregunta

¿Qué puedo hacer?

Una de las preguntas frecuentes es ¿Cómo saber que estoy estresado?, esta es la pregunta del millón; sin embargo, existen tres síntomas definidos que pueden indicarnos que nos encontramos estresados:

	Problemas digestivos.
	Incremento de consumo de bebidas alcohólicas, cigarrillos o si no consumimos esto, el incremento de cosas que nos gusten.
	Cambios en la memoria y cambios en el humor.

Si hemos identificado que nos encontramos experimentando estrés crónico (largo plazo), lo primero que podemos hacer es comprender qué lo está generando, y como plan de acción incluir:

	Contar con amigos, pareja, familia con las que hablar sobre el tema.
	Reir, esta compobado que 60 minutos al día de risa ayuda.
	Hacer ejercicio
	Tener relaciones sexuales
	Dormir bien